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Sobre Mí

Si me permites acompañarte en la búsqueda de tu bienestar emocional estoy encantado de que sepas más de mí

Soy psicólogo especializado en intervención social. Aunque por muchos años me he dedicado a
la enseñanza, especialmente, a la de idiomas, la psicología siempre me interesó y me ha
acompañado desde que tengo uso de razón. Yo mismo que, soy psicólogo, he sido usuario de
psicología a lo largo de mi vida y, lo seguiré siendo. Quiero decir con esto que, consultar a un/a
profesional de la Psicología, ir y hacer terapia puede solucionar problemas, trastornos o
desórdenes puntuales, pero también existen traumas y dolor mental que se prolongan en el
tiempo y pueden durar muchos años. Yo concibo la psicología como un proyecto de vida. Es
decir, estamos en continuo crecimiento personal, pasamos por diferentes etapas y situaciones
que, a veces o muchas veces nos sobrepasan y no sabemos cómo trascender ese
acontecimiento que atravesamos. Ante esto, lo más normal y de forma inconsciente,
intentamos resolverlos con las mismas tácticas que usamos en otras situaciones difíciles y
dolorosas y no parecen funcionar.

Somos seres emocionales

Como decía al principio, soy psicólogo especializado en intervención social. No hay ninguna
experiencia que vivamos que no se origine de un contexto social, desde las situaciones más
leves hasta las psicopatologías más graves, sin obviar, por supuesto, la predisposición genética
y la epigenética, que juegan un papel muy importante en la salud mental. El contexto
sociocultural del que las personas nos nutrimos y los diferentes escenarios de vida por los que
transitamos moldean nuestras percepciones, sensaciones, pensamientos y creencias que nos
harán proyectar toda nuestra experiencia y bagaje personal en lo que vemos y hacemos. Los
demás, la vida, el trabajo, la escuela, la familia, los amigos, etc. nos reflejan lo que albergamos
en nuestro interior. Somos seres emocionales. Todo lo que aprendemos, nuestra experiencia,
está basada en emociones internalizadas y, desde ahí, podemos aprender a equilibrar las
emociones y llevar una vida mental más sana y constructiva.

Somos seres sociales

La psicología y la intervención social abarcan desde la intervención o terapia personales de
grupo, familia, escuela, trabajo hasta problemas individuales o sociales como la pobreza,
escasez económica, la exclusión social, la inmigración, la violencia de género, la LGBTIQ+fobia,
el racismo, el sexismo, el machismo y todo lo que podamos imaginar que sufren las personas y
que tienen como origen un trasfondo social. Muchas veces, la interseccionalidad que convive
dentro de una misma persona y que es rechazada por la sociedad puede desembocar en
trastornos, a veces, muy graves. Por eso, me parece imprescindible trabajar el mundo social de
las personas para mejorar su calidad de vida y comprender la percepción mental que creamos
de nuestro mundo para hacerlo consciente, aceptarlo, integrarlo y trascenderlo.

A titulo Personal

Toda mi vida ha estado llena de situaciones en las que la psicología ha sido necesaria por
diferentes motivos y por los distintos estadios que, como ser humano, he atravesado. Todo lo
descrito hasta ahora tiene mucho que ver con mis propias experiencias personales. Por lo
tanto, creo que, de forma inconsciente siempre quise estudiar psicología para ayudarme
primero a mí mismo y, después, poder compartir con los demás las técnicas e intervenciones
aprendidas. Primero uno debe ayudarse a sí mismo/a, comprender sus creencias tanto racionales,
como irracionales, sus proyecciones, su ego y, especialmente, hacer consciente lo inconsciente
que se aloja en nuestra mente. Atenderse a uno mismo/a con prioridad no es ser
egoísta o egocéntrico/a, es imperativo para poder estar en condiciones óptimas para ayudar al
otro ¿cómo pretendemos ayudar o “salvar” a los demás si los primeros que necesitamos ayuda
somos nosotros mismos?

Objetivo número uno, empezar con uno mismo

Creo firmemente que, trabajar el crecimiento personal, entender nuestros patrones mentales,
atender a nuestras emociones, permitirnos sentir lo que nos produce dolor y nunca reprimir lo
que nos ocurre es un paso imprescindible. Desentrañar nuestras creencias
irracionales/limitantes y cómo funciona nuestro inconsciente, puede ayudarnos a cambiar
nuestras percepciones, nuestros recuerdos, nuestro dolor y nuestra escasez personal y
material. Dentro de la intervención social, desarrollar y promover la inteligencia emocional y
las habilidades personales es primordial. Podemos resumir todo lo explicado anteriormente
que, el principal objetivo de la intervención es aprender a querernos a nosotros mismos, pero
para aprender a amarnos es necesario aceptarnos, ser conscientes, ser responsables y no
juzgarnos a nosotros mismos.

Miembro  Colegio de Psicólogos número CV17434.

Psicologo Altea 1